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jke xipantu tukulpakey i fxake kewan egn chew i bagmkachemum y - PDF document

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jke xipantu tukulpakey i fxake kewan egn chew i bagmkachemum y - PPT Presentation

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Presentation Transcript

1 jke xipantu tukulpakey –i fŸxake kewan e
jke xipantu tukulpakey –i fŸxake kewan egŸn, chew –i bagŸmkachemum, Ÿytumekeke*ygŸn tuchi zoy pepiluwlu *jke gŸnen nietuyi– fantepu. Fey tŸfa chi chijka yenierpuy abŸh zugu, chumgechi –i yenierpun abŸh zugu ta Mapuche mogen, *jke zugu mew afkentu rupawma kay ti pu ka mojfŸ–che i–chi–. Kom feyta chi zugu rupawma mew fenxen pu Mapuche wirintukuyey, afkentu ka femgechi wirintuku–magey –i zugun, –i kimŸn, ka femgechi azŸmtuku–magey –i rakizuam rulpage–matual kake rakizuam mew, nŸntuku–magey –i kewŸh fey –i wirintukugeael kake xipa kimŸn, kake xipa zugu.Fewla ta –i wirintukumekenun ta pu Mapuche, zew kuy*getuy –i azŸmtuku* cuperaciones, revitalizaciones, adaptaciones y apropiaciones. En tŽrminos formales, desde el siglo :(: en adelante, nuestro rakizuamŸn se desarrolla paralelamente desde la or

2 alidad y la escritura, desde espacios pœ
alidad y la escritura, desde espacios pœblicos y cotidianos y desde ‡mbitos pol’ticos, religiosos, lingŸ’sticos, literarios, Quienes escribimos nos reconocemos en historias sociales, pol’ticas, culturales y familiares que nos obligan a mirarnos no s—lo en este instante, sino en el largo y accidentado trayecto que recorrieron nuestros kuy!keche (antepasados, abuelos y abuelas), pu rey–ma (familias), para permitir que nos encontr‡semos en espacios, inquietudes y voluntades. Sabemos que nos acompa–an en el pensamiento los y las Mari Ma–ke (Mariman), MŸja-len (Millalen), Wenul (Huenul), Kuyub (Cuyul), Weche AhtŸ (Huechante), Payja– Koho Pagi (Paillan Co–oepan), KurŸ Waw (Curriao), Nawel Pagi (Na-huelpan), AhtŸ BewfŸ (Antileo), KurŸ Filu (Curivil), Wigka-Piutrin (Huinca Piutrin), KajfŸw (Cal*o)

3 , KŸzeb (Quidel), PŸchŸ Nawel (Pichinao)
, KŸzeb (Quidel), PŸchŸ Nawel (Pichinao) y tantos otros y otras. Ellos y ellas forman parte de la actividad intelectual desarro-llada en las propias comunidades en su vida social, material y espiritual, o en las urbes que desde hace m‡s de un siglo han recibido a las generaciones que nos preceden.En el sentido pol’tico e intelectual, este libro se sitœa tambiŽn en un proceso m‡s vasto: el largo transcurso de las luchas sociales, pol’ticas, reli-giosas y culturales que hemos enfrentado dentro de una historia marcada por el colonialismo. En ese trayecto encontramos a distintas generaciones Mapuche que han intervenido en el dominio de la escritura, interrogando As’, durante el siglo :(: la dominaci—n y territorializaci—n de los Es-tados, adem‡s de redibujar el mapa de AmŽrica del Sur, dividi—

4 jur’dica-mente a nuestro pueblo en chil
jur’dica-mente a nuestro pueblo en chilenos y argentinos; los subyug— legalmente y les impuso una membrec’a a las naciones creadas a partir de las guerras de Independencia. En esta empresa, las maquinarias estatales colocaron en movimiento sus mœltiples engranajes militares, policiales, econ—micos y pol’ticos, incluyendo alianzas eclesi‡sticas (las misiones) e internaciona-les (la colonizaci—n con extranjeros) al servicio de proyectos nacionalistas, mono-culturales y de identidad criolla (chilenidad y argentinidad). El Òfe-n—meno colonialÓ implic—, para los Mapuche, la disgregaci—n demogr‡-*ca, la expoliaci—n y ocupaci—n de sus territorios por parte de chilenos y extranjeros, y la in9uencia del poder del Estado, hasta el d’a de hoy, en todos los planos: f’sicos, econ—micos y espirituales.

5 Los campos del saber ocial, como parte d
Los campos del saber ocial, como parte de esta estructura y l—gica 3. Utilizamos aqu’ las nociones de Wajmapu o wajontu mapu, para referirnos al territorio hist—rico Mapuche. Sin embargo, debemos aclarar que no existe una conceptualizaci—n homogŽnea para referirse al espacio territorial habitado y controlado por los Mapuche con anterioridad a la colonizaci—n hispana y chileno-argentina despuŽs. En este libro, por ejem-plo, distintos autores y autoras utilizan conceptos como: Wajmapu, Wajmapuche, Mapuche mapu, Mapuche wajontu mapu, expresando la heterogeneidad de perspectivas y visiones que existen sobre el tema. No obstante, todas ellas reconocen un territorio Mapuche inde-pendiente que fue transformado y reducido a partir de los distintos procesos de coloniza-ci—n que hemos vivido los y la

6 s Mapuche, as’ como la centralidad que a
s Mapuche, as’ como la centralidad que adquiere su recons-trucci—n y recuperaci—n dentro de un proceso de descolonizaci—n. ("&,'()! '$/$!(,/ 8 1,2.#.1 M,0&'-.Cuando hablamos de pueblos originarios Ño ind’genas, en la convenci—n m‡s utilizadaÑ no podemos obviar la situaci—n de dominaci—n colonial impuesta por los agentes pol’ticos, econ—micos y culturales de los Estados nacionales criollos. Tampoco podemos olvidar que con el despliegue de pol’ticas integracionistas (con mayores o menores niveles de ÒtoleranciaÓ) y de conectarnos a travŽs de nuestros diversos quehaceres, con un sentido colectivo de alzamiento pol’tico e intelectual Mapuche.hist—rica, no quedaron ajenos a las pol’ticas del despojo y la Òocupaci—nÓ de nuestros territorios. Tal como lo han venido diciendo destacados inte-lectua

7 les latinoamericanos y diversas organiza
les latinoamericanos y diversas organizaciones de pueblos origina-rios e indigenistas, esto se expresa, entre otras pr‡cticas, en el uso y abuso de nuestros conocimientos a travŽs del rol de Òinformantes nativosÓ. Cen-tenas de nombres Mapuche pueden rastrearse en las miles de p‡ginas es-critas sobre lo que se ha de*nido como ÒlaÓ historia y ÒlaÓ cultura de nues-tro pueblo; y otros tantos seguramente no han sido mencionados por los misioneros, *l—logos, etn—logos, antrop—logos, lingŸistas, historiadores y documentalistas. M‡s all‡ de las buenas intenciones de estos estudiosos y estudiosas, de su af‡n de relevamiento cultural en algunos casos, o de la abierta defensa de nuestra gente, en la mayor’a de las situaciones la cues-ti—n de la autor’a o el conocimiento propio no ha sido un tema de im