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La literatura y las artes en la época de la República de Weimar La literatura y las artes en la época de la República de Weimar

La literatura y las artes en la época de la República de Weimar - PowerPoint Presentation

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La literatura y las artes en la época de la República de Weimar - PPT Presentation

Marisa Siguan Egon Schiele Viena 1890 1918 Ernst Ludwig Kirchner 1880Aschaffenburg 1938 Davos Potsdamer Platz 1914 Ernst Ludwig Kirchner Nollendorfplatz 1912 Ernst Ludwig Kirchner ID: 794027

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Presentation Transcript

Slide1

La literatura y las artes en la época de la República de Weimar

Marisa

Siguan

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Egon

Schiele

, Viena 1890 - 1918

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Ernst Ludwig Kirchner

1880-Aschaffenburg -1938

Davos

Potsdamer

Platz, 1914

Slide4

Ernst Ludwig Kirchner,

Nollendorfplatz

, 1912

Slide5

Ernst Ludwig Kirchner

1980

Aschaffenburg

– 1938SuizaAutoretrato, 1919-1920

Slide6

Slide7

August

Macke

, 1887, Meschedde – 1914 Champagne)Mujer con chaqueta amarilla

Slide8

Franz Marc, (1880

München

– 1916

Braquis, Francia. Establos

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Malevich

, El aviador, 1914

Soldado en el frente

1914

La muerte del

ser humano,

simultáneamente en el avión

y en el tren,

1913

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Hugo

Ball

, conferencia sobre Kandinsky. Zürich, abril 1917

Tres cosas han sacudido hasta lo más profundo el arte de nuestro tiempo, le han dado un rostro nuevo y lo colocan ante un inmenso nuevo impulso: la abolición de los dioses para el mundo realizada por la filosofía crítica, la disolución del átomo en la ciencia y la aglomeración en masas de la población en la Europa actual.Dios ha muerto. Un mundo se hundió. Yo soy dinamita. […] El mundo se mostró como un enfrentamiento total de fuerzas desatadas. El ser humano perdió su rostro divino, se convirtió en materia, azar, conglomerado, animal, producto enloquecido de pensamientos que se estremecen abruptos e insuficientes. El ser humano perdió la posición especial que le había conferido la razón. […]

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La cultura de masas de las grandes ciudades:

Se crearon máquinas y ocuparon el lugar de los individuos. Surgieron seres y complejos de un horror sobrehumano, supraindividual. El miedo se convirtió en un ser con millones de cabezas. La potencia ya no se medía según la persona sino según miles de fuerzas de caballo. Turbinas, salas de calderas, martillos, electricidad crearon campos magnéticos y espíritus que tenían en su terrible poder ciudades y naciones enteras; nuevas batallas, decadencias y ascensiones al cielo, nuevas fiestas, infiernos y cielos.

[…]

Los artistas de este tiempo están vueltos sobre el interior. Su vida es una lucha contra la locura. Están desgarrados, despedazados, machacados si no consiguen por un momento encontrar en su obra el equilibrio, el balance, la necesidad y armonía. […] Sus obras tienen el parentesco más cercano con las máscaras de miedo de los pueblos primitivos

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Georg

Kaiser

,

Magdeburg 1878 – Ascona 1945

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Muchacha:

Digo

esto sobre mi hermano: ¡No sabía que tenía un hermano! Un hombre salía por la mañana de casa y regresaba por la noche – y dormía. Una mano era grande, la otra pequeña. La mano grande no dormía. Se movía hacia adelante y hacia atrás con un solo movimiento, día y noche. Le corroía y crecía con toda su fuerza. ¡Esta mano era el hombre! ¿Dónde quedó mi hermano? ¿El que antes jugaba conmigo y construía castillos de arena con sus dos manos? Se hundió en el trabajo. Este solo necesitaba de él su mano – la que movía la palanca hacia arriba y hacia abajo. Minuto tras minuto arriba y abajo – contando los segundos. […]¡ Su mano contaba desde su cabeza, que ya sólo le obedecía a ella!

Esto quedó de mi hermano. ¿Quedó? De mediodía estalló la explosión. Un río de fuego surgió de todos los huecos y agujeros. La explosión devoró también la mano. Así entregó mi hermano lo último de sí mismo. (Acto

IV, inicio. Gas, Frankfurt 1978, pg. 39)

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Trabajador: ¡Fundad el reino!

Ingeniero: ¡Prended el gas venenoso!

Trabajador: ¡Callad y escuchad: el cielo y la tierra mantienen el aliento ante vuestra decisión, que determina el destino del mundo!Voces, cada vez más: ¡Gas venenoso! ¡Gas venenoso! (Tercer acto, pg.87.)

[…]Figura amarilla queda como paralizada- mira con los ojos desorbitados - grita al teléfono: Aviso de efectividad de los disparos, volved las armas contra vosotros y destruiros... los muertos salen de las tumbas... el juicio final... dies irae

…solvet…in favil… se dispara en la boca.

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Gas y Gas II, montado por la asociación vanguardista ucraniana

Berezil

bajo la dirección de Les

Kurbas en 1923

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Gas II, Festival de teatro del

Ruhr

, 2013

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Gas, por Alternativa teatral, 2010

Buenos Aires

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Hugo

Ball

Karawane

Jolifanto

bambla

ô

falli

bambla

Grossiga

m’pfa

habla

horem

Égiga

goramen

higo

bloiko

russula

huju

hollaka

hollala

anlogo

bung

blago

bung

blago

bung

bosso

fataka

ü

üü

ü

schampa

wulla

wussa

ólobo

hej

tatta

gorem

eschige

znbada

wulubu

ssubudu

uluw

ssubudu

tumba

ba-umf

kusagauma

ba-umf

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Hugo

Ball

, Anotación de diarioHe inventado un nuevo tipo de versos, versos sin palabras o poemas-sonido- […] Esta noche he leído en público los primeros de estos versos. Para ello me había construido una vestimenta específica. Mis piernas estaban embutidas en dos columnas de cartón rígido azul brillante que me llegaba hasta la cadera, de forma que yo parecía un obelisco. Encima llevaba un inmenso cuello de abrigo recortado, que tenía pegado por dentro papel color escarlata y por fuera de oro. En el cuello estaba abierto de tal manera que lo podía hacer elevarse y descender moviendo los brazos hacia arriba y hacia abajo como si fueran alas. Además llevaba un sombrero de chamán con forma de cilindro, muy alto y a rayas blancas y azules. […]

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Hugo

Ball

, Anotación de diarioHabía colocado atriles en los tres lados del podio y sobre ellos mi manuscrito dibujado con lápiz rojo, recitando a ratos desde un atril, a ratos desde el otro. [..] Como con las columnas en las piernas no podía andar, hice que me llevaran a oscuras hasta el podio, y empecé a recitar despacio y con solemnidad mientras agitaba con aplicación mis alas. Las pesadas hileras de vocales y el ritmo arrastrado /

lánguido de los elefantes me permitieron una gradación creciente, pero ¿cómo terminar? Entonces noté cómo mi voz, a la que no le quedaba otro camino, adoptaba la cadencia antiquísima de la lamentación, el estilo de canto eclesiástico tal como se lamenta por las iglesias católicas de oriente y occidente.

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https://www.youtube.com/watch?v=z_8Wg40F3yo&t=4s

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George

Grosz

(1893-1959)

El funeral1917-18

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Otto

Dix

A la belleza, 1922

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Otto

Dix

(1861 - 1969

Pragerstrasse 1920

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Irmgard

Keun

, 1905 (

Berlin

) – 1982 (Colonia)

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Kesten

escribía una novela sobre la antigua Austria, Zweig una novela sobre Erasmo de Rotterdam, Thomas Mann sobre “Lotte

en Weimar”, Heinrich Mann sobre Enrique IV, Feuchtwanger sobre Nerón. […] Anteriormente hubo un tiempo en el que todos estos escritores transmitían la realidad actual en su propio lenguaje y la sometían a la crítica que les dictaba su temperamento o su personalidad. […] ¿Qué ha sido del tratamiento del mundo actual por parte de las plumas más destacadas?

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La chica de seda artificial, 1960

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Pienso que es bueno escribirlo todo, porque soy extraordinaria. No me refiero a un diario, eso es ridículo para una chica de 18 años y además de mi nivel. Pero deseo escribir como si todo fuera una película porque mi vida es eso y lo será todavía más. Además me parezco a

Colleen

Moore si ella se hiciera la permanente y tuviese la nariz más chic y un poquito respingona. Más tarde, cuando lo lea, todo será como en el cine, me veré en imágenes. Ahora estoy en mi cuarto en camisón, que se ha deslizado desde mis célebres hombros, y todo es de primera, aunque mi pierna izquierda es un poco más gruesa que la derecha. Hace mucho frío, pero en camisón estoy mejor, de lo contrario me pondría el abrigo.

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Colleen

Moore en “

Why

be good”

https://www.youtube.com/watch?v=8ks2B8bFDL4

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Yo pasaba despacio ante la iglesia conmemorativa del káiser Guillermo, calle

Tauentzien

abajo, siempre adelante y con andar indiferente, de modo que mis pasos vacilaban entre el deseo de continuar y el de retroceder, puesto que ninguna de las dos cosas me apetecía. Después mi cuerpo se detenía en las esquinas, porque las esquinas provocan en la espalda el deseo de apoyarse en la aguda arista y te gustaría arrimarte a ella y sentirla. Y dejas que tu cara se ilumine con la luz procedente de varias calles y contemplas otras caras mientras esperas a un tío. Es como un deporte, con mucha tensión. (116)

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Contagiado por nuestro buen humor, va y dice:

-¡Vamos a sacar una botella de vino, madre!

Entonces ella le mira y le dice con voz rebosante de ira:

-¡Podrás invitar a vino a tus amigos cuando te lo ganes con el sudor de tu frente!-Entonces todos nos pusimos colorados y en la habitación se hizo el silencio. Y Paul se marchó y esa misma noche se quitó la vida tirándose al agua. Y los

Ruhrbein lloraron de una manera terrible y decían apenados y desconsolados: -Pero si era el mejor de nuestros hijos, cómo pudo hacernos eso con lo buenos que hemos sido con él.- (75-76)

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-He visto… un hombre con un cartel alrededor del cuello: “Acepto cualquier trabajo”, con la palabra “cualquier” subrayada tres veces en rojo, y una boca furiosa que se contraía poco a poco hacia abajo, una mujer le dio diez céntimos –eran amarillos- y él los tiró y rodaron por el asfalto en el que se reflejan las luces de los anuncios de cines y salas de fiestas. […] Veo el

Kempinsky

con sus maderas nobles y sus taxis aparcados delante con rombos blancos y chóferes de cabeza doblada por la eterna

esper. El interior tiene espejos y pinta de club. (81)

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La pradera en mayo

Al principio intenté prestar atención. Había viñedos y más viñedos, y una chica bajaba bailando la montaña mientras se soltaba las trenzas… y de nuevo viñedos y más viñedos. Me aburría. Y la chica de las trenzas alimentaba las gallinas sin necesidad, pues vivía con un cierto desahogo, y Luna Roja decía “pitas-pitas-pitas” alzando el tono de voz. Y venga viñedos y viñedos sin parar. Creo que es demasiado pedir, soportar horas y horas de viñedos de balde. Y sin que me vea cojo otra blusa y me la meto por la pechera. Y cada tres páginas me dice que ahora viene lo bueno y cada cinco cojo otra blusa de la mesilla de noche, hasta que no queda ninguna. Me levanto y digo:

-La misa ha terminado. Ahora necesito soldad para pensar en los viñedos.

Y me largué. Con el pecho como una ama de cría de la región del

Spree. (68)

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He vuelto a quedarme sin el gran empresario, pues la política envenena las relaciones humanas. ¡Qué asco! El presentador era judío, el de la bici era judío, la que bailaba era judía.

Y el gran empresario me pregunta si yo también soy judía. Por todos los santos, claro que no lo soy. Sin embargo, pensé: “Si es lo que le apetece, por qué no…”

-Por supuesto… respondo. - La semana pasada, sin ir más lejos, mi padre se torció el pie en la sinagoga.

Él dice que debió figurárselo por mi pelo rizado. Sin embargo, es de permanente; al natural es más liso que una tabla. Y él se vuelve gélido conmigo y resultó ser un nazi y ario. […] Qué idiotez. […] Sigues siendo la misma que antes, pero una palabra parece haberte transformado. (38-39)

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-Cuando un hombre se casa, quiere una mujer virgen, y yo espero, mi pequeña Doris… -y hablaba como si se hubiera comido una lata entera de

Nivea

-. Niña mía, confío en que te conviertas en una chica decente. Como hombre te aconsejo que no te entregues a ningún varón antes de haberte casado con él… (20

)[…]

-Los hombres solo piensan en el sexo y solo quieren eso – dice Tilli.-

Tilli

, a veces las mujeres también piensan solo en el sexo y solo quieren eso- le replico.

Y viene a ser lo mismo, porque a veces deseo a un hombre para despertar por la mañana completamente alborotada por los besos y medio muerta y sin fuerzas para pensar y con ese maravilloso cansancio y descansada a la vez. En otras él te importa un bledo. Y tampoco es una marranada, porque él siente lo mismo por ti, y cada uno desea lo mismo del otro. (80)

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Ahora sí que iré a buscar a Karl. Él siempre me ha querido. Y le diré: Karl, vamos a trabajar juntos,

odeñaré

tus cabras y coseré ojos a tus muñequitas, me acostumbraré a ti con todas las consecuencias, solo necesito tiempo y tranquilidad, esas cosas llegan tarde o temprano. Y si te niegas, si te niegas, entonces tendré que arreglármelas sola. ¿Adónde iré? Pero que no me bese ninguno. Y de la oficina estoy harta. No quiero lo que tuve,

poque no era bueno. No me apetece trabajar, pero tengo corchos en la tripa y esos no dejarán que me hunda, ¿verdad? […] Pero si no me ama, no trabajaré, prefiero ir a la calle

Tauentzien y convertirme en una estrella.En ese caso, sin embargo, también podría convertirme en una Hulla cualquiera, y si me convierto en una estrella caso sea peor que Hulla, que era buena. Porque lo de ser una estrella a lo mejor resulta que no es tan importante. (173, final de la novela)

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Thomas Mann

Lübeck

1875 –

Kilchberg 1955

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Slide44

Hotel

Schatzalp

, Davos

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Sentirse transportado a regiones donde no había respirado jamás y donde, como ya sabía, reinaban condiciones de vida absolutamente inusuales, peculiarmente sobrias y frugales, comenzó a agitarle, produciendo en él cierta inquietud. La patria y el orden habían quedado no sólo muy lejos, sino que básicamente se encontraban a muchas toesas debajo de él, y el ascenso continuaba, agrandando el abismo cada vez más. En el aire, entre esas cosas y lo desconocido se preguntaba que sería de él allá arriba.

La montaña mágica,

traducción de Isabel García

Adánez, Barcelona,

Edhasa Pg. 11

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Después venían varios túneles negros como pozos y, al hacerse de nuevo la luz, se abrieron profundísimos abismos con pequeñas aldeas en el fondo. Volvían a cerrarse y aparecían nuevos desfiladeros con restos de nieve en sus grietas y hendiduras. Se detuvieron ante pequeñas y miserables casetas de estación, en terminales que el tren abandonaba en sentido inverso, lo cual producía una enorme confusión, pues ya no era posible saber en qué dirección se iba ni recordar los puntos cardinales.

id. pg.11

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-¿Seis meses? ¡Si ya llevas aquí casi seis meses! Nadie dispone de tanto tiempo…

-¡Oh, el tiempo! –exclamó

Joachim

y movió la cabeza de arriba abajo varias veces, sin preocuparse de la sincera indignación de su primo-. No puedes ni imaginar cómo abusan aquí del tiempo de los hombres. Tres meses son para ellos como un día. Ya lo verás. Ya te darás cuenta. –Y añadió-: Aquí le cambia a uno el concepto de las cosas. id. pg. 14

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Settembrini

Naphta

Geissendörfer

, 1982

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Me gustaría poder acompañarle a la montaña, correr con usted con esquís alados, como Mercurio, pero no debo… bueno… “deber”… Lo haría si fuera cuestión de deber o no, el problema es que no “puedo” hacerlo, soy un caso perdido”. (610)

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Quiero conservar en mi corazón la fidelidad a la muerte, pero quiero acordarme bien de que la fidelidad a la muerte y al pasado no es más que maldad, oscura lascivia y rechazo de lo humano cuando determina nuestro pensamiento y nuestra conducta.

En nombre de la bondad y del amor el hombre no debe dejar que la muerte reine sobre sus pensamientos

. Y pensando esto, yo, Hans

Castorp, el hijo mimado de la vida, me despierto… (641)

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Hans

Castorp

y Mynheer Peeperkorn

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¡Adiós! ¡Adiós! ¡Vivirás o te quedarás en el camino! Tienes pocas perspectivas; esa danza terrible a la que te has visto arrastrado durará todavía unos cuantos años, y no queremos apostar muy alto por que logres escapar. Francamente, no nos importa demasiado dejar abierta esta pregunta. Las aventuras del cuerpo y del espíritu que te elevaron por encima de tu naturaleza simple permitieron que tu espíritu sobreviviese lo que no habrá de sobrevivir tu cuerpo. Hubo momentos en que la muerte y el desenfreno del cuerpo, entre presentimientos y reflexiones, hicieron brotar en ti un sueño de amor. ¿Será posible que de esta bacanal de la muerte, que también de esta abominable fiebre sin medida que incendia el cielo lluvioso del crepúsculo, surja alguna vez el amor?”(930)